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Aida y Lisseth: O las lenguas vivas del Perú

Con su alegría, las niñas shipibas nos recuerdan que el mayor patrimonio cultural existente no es ningún monumento.

Aida interrumpe abruptamente su explicación sobre las casitas y los senderos. "También tengo mi nombre shipibo". me dice. Lo repite contenta dos veces. Creo que sabe, por que debe estar acostumbrada, que yo no la he entendido.

Renzo Polo

Publicado: 2014-08-14


Escucharlas cantar fue refrescante y conmovedor. Sus voces suaves pero orgullosas, sus cantos impregnados del acento de mil generaciones de hombres, me hablaron en principio de un pasado perdido, de la nostalgia de otros días en esta tierra. Pero cuando terminaron de cantar, al mirar a sus ojos, al ver una vez más su risa traviesa, pude recordar que las palabras milenarias en sus voces no representan únicamente el pasado. Sus voces son también el presente, y si nosotros lo permitimos serán también parte importante de nuestro futuro.

Aida y Lisset, no parecen muy interesadas en las exposiciones de los asistentes al Primer Encuentro Metropolitano de Patrimonio Cultural y Natural organizado por la Municipalidad de Lima; ellas prefieren dedicarse a comentar muy divertidas y en lengua shipiba cada una de las intervenciones. Cómplices de nuestro desconocimiento pueden decir de todos nosotros lo que quieran sin riesgo a ser descubiertas, corren saltan, ríen… nada logra detenerlas

Solo ponen un alto a sus juegos cuando alguien les pregunta por las artesanías que hacen: Bellas pulseritas, coloridos tapetes en tenido kne. Ellas asumen con gran rapidez su papel de promotoras artesanas y explican con todo detalle cada pieza, algunas las hicieron ellas mismas, pero todas son enseñanza de sus mamás y abuelas. Cuando estoy a punto de elegir uno de los tapetes de diseño más intrincado Aida me muestra otro que ella hizo con sus propias manos, me explica: “las lineas son veredas por donde camina la gente, y ahi estan tambien las casitas”, mientras señala los trazos más simples e imperfectos de la pieza. Para ella aquel mandala es un poco la representación de su mundo, su mundo se llama Cantagallo, y desde su explicación para mi tambien Cantagallo está en ese tapete.

bordados kené, hechos por aida, lisseth y su mamá - foto: marisol gonzales  (historiactual)

Cantagallo se ha convertido, en los últimos años, en una especie de Embajada Cultural Shippiba en la ciudad capital del Perú, no solamente por ser el lugar de residencia de numerosas familias llegadas de Pucallpa en los 90’s; si no también por el intenso intercambio artístico, cultural y social que se da en dicho escenario entre la urbe con su arte contemporáneo y sus movidas independientes y la milenaria cultura amazónica. Talleres, ferias, conciertos y otras actividades se llevan a cabo allí desde hace varios años de forma sostenida, en una alianza entre distintas realidades y propósitos, hasta hace no muchos años impensable en Lima. Lisseth y Aida son también, a la vez, agentes y producto de ese fascinante proceso..

En 2011 se promulgó la Ley Nº 29735 que regula el uso, preservación, desarrollo, recuperación, fomento y difusión de las lenguas originarias del Perú. Sin embargo, hoy, tres años después, dicha norma aún espera que su reglamentación sea aprobada por la Presidencia del Consejo de Ministros.

Aida interrumpe abruptamente su explicación sobre las casitas y los senderos. "Tambien tengo mi nombre shipibo". me dice. Lo repite contenta dos veces. Creo que sabe, por que debe estar acostumbrada, que yo no la he entendido. Me escondo en mi lengua de la vergüenza, y le pregunto el significado. "Quiere decir que soy linda, bonita... y que me curo rápido si es que me enfermo".

Mientras muchos de nosotros pensamos en edificios antiguos, en cerámicas colores y parques turísticos generadores de millones de dólares al año; mientras predicamos a nuestros estudiantes en todo el pais el amor por el patrimonio cultural, corremos el riesgo de no ver frente a nuestros propios ojos el patrimonio más valioso. El Código que usan Aida y Lisset para jugar, para contarse sus cosas, para revivir sin saberlo las rutas del pensamiento de hombres y mujeres que vivieron y murieron generaciones atrás

Al revivir sus palabras, su gramática, sus versos, la estructura de pensamientos que representa en sus asociaciones de ideas... nos acercan a las mentes de esos hombres y mujeres, al cotidiano de las sociedades a las que dieron forma, a la llama extinta o superviviente de su sabiduría, combatida  con furia por la creencia celosa y fanática de los colonizadores de occidente.

No es posible legado más valioso que ese. Mientras existan los senderos de pensamiento plasmados en las estructuras de las lenguas ancestrales, aún podremos soñar con volver a construir los edificios rotos y olvidados. Mientras haya icaros sanadores, versos en lenguas originarias que cantan su propia verdad del modo en que la experimentaron los ancestros, aun existirá la denuncia auténtica y profunda, la demanda del lugar que merecen los pueblos expoliados en nuestra sociedad de hoy.

Pero si perdemos esto también, esta herencia única e irrecuperable; si dilapidamos esta última esperanza de despertar para los siglos pasados y los venideros... entonces si; al final, y como oscuramente alguna gente quisiera, solo nos quedarán las piedras.

Son 37 las lenguas originarias que se han extinguido, y la mitad de las 47 que aún se usan en nuestro país se encuentra en peligro de desaparecer debido a que solamente son habladas por núcleos familiares o personas dispersas.

Escrito por

Renzo Polo

Escritor y periodista de corazón andino y tendencia ideológica cartonera.


Publicado en

HistoriActual

Amantes del mundo andino. Aprendices de la sabiduría de las culturas originarias con el objetivo de compartir y colaborar, para vivir mejor.