Tras la captura de Atahualpa, el General Rumiñahui replegó sus tropas desde Cajamarca para defender el bastión principal de los Atahualpistas: La región comprendida entre las ciudades Incas de Quito y Tumebamba al norte del Tahuantinsuyo; donde mantuvo una férrea resistencia contra las fuerzas combinadas de Pedro de  Alvarado, Sebastián de Benalcázar, Diego de Almagro y los ejércitos de las naciones andinas que los apoyaban. Dicha resistencia se mantuvo en pie durante más de un año.

El Cronista y poeta español Juan de Castellanos le dedica los siguientes versos:

“Usando con solicito cuidado

Rumiñahui, de ardides diferentes

Y por un orden bien disimulado

(Hizo) mil hoyos en los pasos más urgentes…”

Esto dijo refiriéndose a la estrategia del General Andino de cavar fosos convenientemente disimulados para así impedir el paso de los caballos y emboscar a las tropas europeas en los pasos difíciles del terreno.

Cuando tras meses de combate sin descanso los ejércitos combinados de los europeos entraron en la ciudad de Quito esta ya había sido evacuada y posteriormente incendiada por los andinos.  La decepción de los invasores fue grande, pues no hallaron en ella botín.

Fuentes:

“Historia del Reino de Quito en la América Meridional” – Juan de Velasco

“Elegías de Varones Ilustres de Indias” – Juan de Castellanos